Comentario
GRANDEZA DEL POETA
Flores forman un cerco
en el recinto de musgo acuático,
en el recinto de mariposas.
La tierra está matizada.
Se difunde tu canto, se difunde tu palabra.
Sólo retumba allí y repercute nuestro padre,
el dios por quien todo vive.
Múltiples son tus rojas mariposas:
en medio de mariposas estás y hablas.34
YO POR MI PARTE...
Yo por mi parte digo:
¡Ay, sólo un breve instante!
¡Sólo cual la magnolia abrimos los pétalos!
¡Sólo hemos venido, amigos, a marchitarnos
en esta tierra!
Pero ahora, cese la amargura,
ahora dad recreo a vuestros pechos.
¿Pero cómo comer? ¿Cómo darnos al placer?
Allá nacen nuestros cantos, donde nació el atabal.
He sufrido yo en la tierra
en donde vivieron ellos.
Se enlazará la amistad,
se enlazará la corporación junto a los tambores.
¿Acaso yo aún vendré?
¿Aún habré de entonar un canto?
Pero yo solo estoy aquí: ellos están ausentes.
Al olvido y a la niebla yo tengo que entregarme.
Creemos a nuestro corazón:
¿Es nuestra casa la tierra?
En sitio de angustia y de dolor vivimos.
Por eso solamente canto y pregunto:
¿Cuál flor otra vez plantaré?
¿Cuál maíz otra vez sembraré?
¿Mi madre y mi padre aún habrán de dar fruto nuevo?
¿Fruto que vaya medrando en la tierra?
Es la razón porque lloro:
nadie está allí: nos dejaron huérfanos en la tierra.
¿En dónde está el camino
para bajar al Reino de los Muertos,
a donde están los que ya no tienen cuerpo?
¿Hay vida aún allá en esa región
en que de algún modo se existe?
¿Tienen aún conciencia nuestros corazones?
En cofre y caja esconde a los hombres
y los envuelve en ropas el Dador de la vida.
¿Es que allá los veré?
¿He de fijar los ojos en el rostro
de mi madre y mi padre? ¿Han de venir a darme ellos aún
su canto y su palabra?
¡Yo lo busco: nadie está allí:
nos dejaron huérfanos en la tierra!35
COMIENZA YA
Comienza ya,
canta ya
entre flores de primavera,
príncipe chichimeca,
el de Acolhuacan.
Deléitate, alégrate,
huya tu hastío, no estés triste...
¿Vendremos otra vez
a pasar por la tierra?
Por breve tiempo
vienen a darse en préstamo
los cantos y las flores del dios.
¡En la casa de las flores comienza
el sartal de cantos floridos:
se entreteje: es tu corazón,
oh cantor!
Oh cantor,
ponte en pie:
tú haces cantar,
tú pones un collar fino
a los de Acolhuacan.
En verdad nunca acabarán las flores,
nunca acabarán los cantos.
Floridamente se alegran nuestros corazones:
Solamente breve tiempo
aquí en la tierra.
Vienen ya nuestras bellas flores.
Gózate aquí, oh cantor,
entre flores primaverales:
Vienen ya nuestras bellas flores.
Se van nuestras flores:
nuestros ramilletes,
nuestras guirnaldas
aquí en la tierra...
¡Pero sólo aquí!
Debemos dejar
la ciudad, oh príncipes chichimecas:
No llevaré flores,
no llevaré bellos cantos
de aquí de la tierra...
¡Pero sólo aquí!
Donde es el reparto, donde es el reparto
vino a erguirse el Árbol Florido:
con él se alegra, e irrumpe
mi hermoso canto.
Ya esparzo nuestros cantos,
se van repartiendo:
tú con quien vivo,
estás triste:
¡Que se disipe tu hastío!
¡Ya no esté pensativo tu corazón!
¡Con cantos engalanaos!36
MUY CIERTO ES
"Muy cierto es: de verdad nos vamos, de verdad nos vamos;
dejamos las flores y los cantos y la tierra.
¡Es verdad que nos vamos, es verdad que nos vamos!
¿A dónde vamos, ay, a dónde vamos?
¿Estamos allá muertos, o vivimos aún?
¿otra vez viene allí el existir?
¿otra vez el gozar del Dador de la vida?"37